Conoce la AR
La Artritis Reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a más de 200.000 personas en España.

Causas y factores de riesgo

¿Tengo AR?
Presta atención a cualquier dolor persistente (más de 15 días) en las articulaciones, y a los síntomas antes descritos. Ante la duda, acude sin demora a tu médico de cabecera o reumatólogo.
Una alimentación rica en vitamina c y antioxidantes beneficia a tus articulaciones y ayuda a tu bienestar general.
Enfrentarse a situaciones desagradables con una actitud relajada evita aumentar la rigidez y tensión en las articulaciones. Es conveniente destinar 30 minutos diarios a ejercicios de relajación.
Las tareas y movimientos rutinarios y repetitivos no favorecen la movilidad de todas las articulaciones por lo que debes intentar combinar distintos tipos de movimiento articular.

Ya me han diagnosticado
Es fundamental que solicites a tu reumatólogo toda la información sobre la AR. Un paciente bien informado es un aliado para el especialista pero cuidado con buscar información a través de fuentes no contrastadas científicamente.
Consulta con tu reumatólogo los distintos tratamientos para mitigar el desarrollo de la enfermedad y valorar cuál se adecúa mejor a tus necesidades médicas. Por ejemplo, la aparición en los últimos 20 años de fármacos biológicos ha mejorado considerablemente el tratamiento de los pacientes, pero sólo el especialista está legitimado para prescribirte el tratamiento.
En caso de notar rigidez o agarrotamiento (especialmente por la mañana), es recomendable empezar el día con un baño o ducha caliente.
Un gran aliado es el descanso nocturno (al menos 8 horas) y es aconsejable utilizar un tipo de almohada que sujete el cuello y los hombros.
Es importante que desde el primer momento compartas con tu entorno (familiares, compañeros de trabajo, amigos) cómo te sientes. El hecho de explicarlo permitirá que comprendan mejor tu situación y eso puede ayudarte a enfrentarte y a convivir con la AR de forma normalizada y positiva. Nadie puede sentirlo ni explicarlo como tú.

Llevo años en tratamiento
Para controlar el dolor destina 30 minutos al día a relajarte. Cuando aparezca un brote de dolor, respira relajadamente y con consciencia del movimiento interior de tu cuerpo al respirar. Al cabo de unos 5 minutos, desvía la mente hacia una situación placentera que hayas vivido y fíjate en cada detalle de tu imagen mental.
Practica ejercicios muy suavemente. Lectura recomendada: McKay, Matthew y Fanning, Patrick. “Técnicas de relajación diaria”. Colección el árbol de la vida. Ediciones oniro, 2010.
El control del peso y una dieta personalizada (rica en fibra, ácidos grasos omega 3, alimentos antiinflamatorios como el ajo) pueden contribuir a aliviar los efectos de la enfermedad. Consulta a un especialista para que te diseñe una dieta apropiada.
Acude a sesiones de terapia y a las asociaciones de pacientes para compartir tu experiencia y la de otros pacientes.

Malos hábitos que empeoran la AR
El consumo de tabaco es otro factor muy conocido que perjudica a la salud, pero en el caso de las personas con artritis reumatoide se ha confirmado que el tabaco, además de incrementar de forma importante el riesgo de dañar las arterias del cuerpo (arteriosclerosis), también favorece que la enfermedad sea más grave y difícil de tratar.
Como norma general debe seguirse una dieta variada que consiste en comer de todo en cantidades moderadas. Una alimentación variada y equilibrada aporta la gran mayoría de las vitaminas y minerales que el organismo necesita.
Aprenda a afrontar su enfermedad. Los pensamientos positivos pueden ayudarle a mejorar el estado de ánimo.
El ejercicio mejora la rigidez y la limitación de los movimientos causados por la artritis. También puede mejorar la flexibilidad, fortalecer los músculos, mejorar el sueño, fortalecer el corazón, ayudar a adelgazar y mejorar la apariencia física.
El descanso, con un número adecuado de horas de sueño, mejora la sensación de cansancio y fatiga que suele producir la enfermedad.
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