Deportes acuáticos para la artritis reumatoide
El dolor y daño en las articulaciones en la artritis reumatoide provocan que mucha gente se resista o le tenga miedo al ejercicio. Sin embargo, está ampliamente comprobado que la actividad física puede ser muy beneficiosa e incluso contribuir a frenar el avance de la enfermedad, por lo que no se debería huir de ello.1
En ese sentido, los deportes llevados a cabo en una piscina de agua templada se perfilan como la perfecta opción para aquellos iniciándose en el deporte y con temor al dolor articular, debido a que la temperatura y características del movimiento en el agua, unido a una mayor flotabilidad, reducen el impacto y destensan el músculo, contribuyendo a facilitar la realización del ejercicio. De hecho, estudios recientes 1 han demostrado que este tipo de actividades tienen efectos beneficiosos para el dolor, funcionalidad, y la calidad de vida de los pacientes con artritis reumatoide, así como otras condiciones musculo-esqueléticas.
Además, no hace falta ser un experto nadador, ya que las opciones de actividades en la piscina son múltiples. De hecho, la mayoría se llevan a cabo estando de pie en una piscina no muy profunda.
Por supuesto, y como recordamos siempre, no te olvides de consultar a tu médico o a tu fisioterapeuta antes de lanzarte a practicar cualquier deporte, ya sea en el agua o fuera de ella.
¿Cómo empezar?
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Muchos gimnasios ya se están apuntando a incluir clases como “aquagym” o aeróbic acuático entre su oferta, y puede ser la opción perfecta, porque con la ayuda del monitor te asegurarás de estar realizando correctamente los ejercicios. Además, el hacer deporte en grupo te ayudará a motivarte y disfrutar del momento.
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Si por el contrario te apetece probarlo primero solo, te proponemos el siguiente ejercicio (2), tan sencillo como caminar aprovechando la resistencia del agua: de pie en la piscina, con los hombros hacia atrás y el pecho erguido, desplaza todo tu cuerpo hacia delante a la vez que das un paso apoyando primero el talón y después toda la planta del pie. Intenta desplazar tu cuerpo sin modificar la postura inicial, y ayúdate de los abdominales para ello. Repite con la otra pierna. Una vez lo tengas dominado, puedes añadir intensidad elevando las rodillas o añadiendo ejercicios dinámicos a intervalos entre pasos, como subir y bajar los brazos lateralmente.12
1. Barker AL et al. Effectiveness of aquatic exercise for musculoskeletal conditions: a meta-analysis. Arch Phys Med Rehabil. 2014 Sep;95(9):1776-86. Doi: 10.1016/j.apmr.2014.04.005. Epub 2014 Apr 24m.
2. Web arthritis.org: https://www.arthritis.org/about-arthritis/types/rheumatoid-arthritis/ [Consulta: 12 diciembre 2018]
MAT-ES-2002674/v1/Octubre2020